Volunteer Testimonials
I loved doing hippotherapy, but I think the most rewarding part was the orphanage. We didn't get to spend much time there, but the time we did it sure impacted my life a lot. I think that people in the United States take things for granted. I can't remember specific names, but the boy that was taped up because he hit himself a lot. I got to spend some time with him and the reaction from him and how calm he was with just playing bubbles with him was just amazing. The little giggles and smiles just melted my heart. The other child that touched my heart was a little girl that was in the infant room that was in the back crib. I took her out of the crib and she pulled a chair up for me right next to her and forced me to just sit with her. We also turned on some CDs and got to dance :) I give a lot of credit to those workers there for the amount of work that they have to put in. I got to enjoy the fun things, but without the care that they do I wouldn't be able to enjoy those moments.
- Bri Burritt
My expectations were honestly blown out of the water, I couldn't believe how hospitable, thankful and caring all of the families and indviduals we interacted with were. Especially Lupita, Olga and Roberto- it was amazing to see the kindness they distributed to all of the kids and adults in need of hippotherapy. Being able to witness and be a part of Children of Mexico International will always resonate intensely with me when I eventually enter the field of speech-language pathology. Our mission trip was humbling, eye opening, uplifting and gave us volunteers experience in places we were not originally familiar. The cultural aspect of the trip was incredibly rewarding as well. I felt as though I learned an incredible amount about a wonderful culture where I otherwise would not have had the opportunity.
That being said, thank you so much, Margarita! I am honored to have been a part of Children of Mexico International. I hope to join again soon. Hope you are doing wonderfully.
- Sam Gibbs
Esta experiencia me enseñó mucho. Ver niños como Lupita que se alegraba de ver las personas, que vivía con una sonrisa a pesar de sus limitaciones. Bien lo dijo un amigo músico, ellos son felices sin lo que tenemos, porque como no lo conocen, y por ende no les hace falta. A veces nos quejamos de no tener, cuando sin tener podemos ser más felices. Todo está en el crisol por donde mires. Por otra parte, ver casos tan severos como los encamados me lleva a pensar ¿qué hubiera sido de ellos, si hubieran sido estimulados a tiempo? También que el desconocimiento de los cuidadores puede redundar en dificultades o en retroceso en su alimentación o en su desarrollo. La experiencia fue sumamente enriquecedora, transformadora y marcó mi vida emocional, profesional y personal.
- Rebeca Román
Cuando surgió la oportunidad de ser voluntaria para la misión me llamo la atención llevar mi conocimiento a ayudar a las personas con condiciones severas. Pensaba en diferentes actividades para ellos y cuáles serían las más apropiadas sin conocerles. Desde el primer momento fue una experiencia gratificante. Cada participante sonreía y esperaba tu llegada. Haber participado de la misión fue una de las mejores experiencias de mi vida. La Dra. Lizzette Alcaraz y la Dra. Maritza Maldonado nos guiaron en cada actividad para orientar, mantener y mejorar sus destrezas de habla y alimentación. Fue a su vez una experiencia de mucha reflexión, donde estas personas con tantas limitaciones eran felices y agradecidos con la más simple actividad que realizábamos con ellos. Definitivamente comprendí que estoy en la profesión correcta, esa gratitud de ver como mi ayuda beneficiaba a esa persona. No olvido que uno delos participantes tenía una postura muy incómoda en su silla, la Dra. Lizette Alcaraz sugirió unos cambios en su postura y colocaron unas almohadas, desde ese momento la atención del paciente cambio drásticamente. Me impresiono tanto como esa postura le ayudo en su vida. El llevar la teoría a la práctica, me llevo a desarrollar más conocimiento para poder ayudar a otros pacientes.
- Yomarie Santiago Colón
Siempre he pensado que viajar es vivir, es adquirir experiencias de vida que enriquecerán nuestro intelecto y nuestra forma de pensar y ver al mundo y es que realmente, como alguna vez dijo San Agustín de Hipona, “la vida es un libro y quienes no viajan leen solo una página”. Es por esto que desde que me enteré de la misión de Children of México sentí mucho interés por ser parte de ella. Mientras uno estudia patología del habla y lenguaje, aunque sabe que en algún momento puede llegar a recibir pacientes de perlesía cerebral y otras condiciones tan física y cognitivamente comprometedoras, realmente no es la norma del día; es decir, recibimos entrenamiento básico teórico, pero una cosa es imaginarse cómo sería trabajar con esta población y otra cosa es realmente llegar a trabajar con ella. Conocer y leer sobre este tipo de pacientes no es lo mismo que llegar a realmente trabajar con ellos. Es por esto que ser partícipe de la misión realmente cambió mucho mi perspectiva de PHL; mi visión se abrió, el panorama creció; es tanta la ayuda como PHL que podemos brindar, que realmente, no tan solo le da más valor a la profesión, sino que además nos llena de propósito como individuos responsables e interesados por servir y ayudar a los demás. En mis primeros días de vida sufrí un paro respiratorio el cual estuvo muy cerca de causarme serios problemas físicos; gracias a Dios la historia fue otra y crecí como una niña normal y sana. Pero el hecho de saber por lo que pude pasar me hace interesarme mucho por ayudar al tipo de población que habita en Hogares de la Caridad en el cual se llevó a cabo la misión. Trabajar con estos niños y con sus cuidadores fue una experiencia realmente enriquecedora y llena de sentimientos para mí. Luego de la misión, no tan solo mi perspectiva de PHL se ensanchó, sino que mi perspectiva de México también cambió. Desde que decidí ser parte de la misión, aunque mi familia inmediata fue mi mayor apoyo, hubieron muchos otros conocidos que elevaron sus cejas al enterarse que iría para México con un grupo de “solo chicas”. No es un misterio que la perspectiva de muchas personas hacia México es una de temor, temor a la criminalidad y a la falta de seguridad. Tantos fueron los comentarios que recibí que ya realmente iba pre-juiciada para el viaje, sin embargo la historia fue otra. No se si era por el área en la cual estábamos o el gran sentido de protección que la Dra. Alcaraz impartía, pero realmente me sentí muy segura durante todo el viaje. Llegué a Puerto Rico sin poder parar de hablar sobre las maravillas y la hermosura de México, pero sobre todo, sin poder parar de hablar sobre el amor, el calor humano y la maravillosa experiencia clínica y personal vivida en Hogares de la Caridad.
- Jennifer Ruiz Hernández
La misión realizada en el Hogar de la Caridad en Guadalajara, Jalisco, junto con la organización Children of México International fue una experiencia inolvidable y llena de mucha satisfacción al poder compartir con cada uno de estos seres especiales. De alguna forma u otra, esta experiencia cambia la vida de uno como ser humano y la perspectiva hacia nuestra profesión como futura Patóloga del Habla-Lenguaje (PHL). Además, durante esta experiencia se puede relacionar algunos conceptos teórico que han sido ofrecido en los cursos del programa y ponerlos en práctica. Incluso, se pueden realizar ciertos cambios para los próximos años en la misión para que sea una más efectiva y organizada.
Esta experiencia adquirida durante esta misión cambia la vida de cualquier ser humano, porque uno observa y se da cuenta que nuestros problemas del diario vivir son bien pequeños comparado a lo que viven día a día estos seres especiales. Al compartir con los pacientes, uno se percata de lo felices que se ponen cuando unos los visita y comparte con ellos, por lo que no importa el más mínimo detalle ellos sacan una sonrisa o derraman una lagrima de la emoción. Esto demuestra que no tenemos que realizar cosas extraordinarias, ni dar regalos o donativos, sino que el significado de compartir y dialogar vale más que cualquier otra cosa. El visitar el hogar y compartir con estos seres nos hace pensar en que no necesitamos cosas materiales, ni regalos, ni donativos para ser felices, porque el compartir, dialogar y brindar amor es suficiente como para alegrar y complementar la vida de un ser humano; pero vivimos en un mundo donde esos conceptos están escasos y se han olvidado de esos detalles tan importantes de la vida. En otras palabras, esta experiencia cambia la perspectiva de uno sobre el mundo que nos rodea, ya que el humano debe parar de quejarse y lamentarse por la vida que tienen y deberían de comenzar a dar gracias por todo lo que poseen en esta vida (en especial la salud).
- Heidy Salgado Barreto
Cuando se presentó la oportunidad de asistir como voluntaria a la misión en México, pasaron varias interrogantes sobre cómo esta experiencia podría ayudarme en mi carrera y cómo interactuaría con estos pacientes. Inmediatamente me animé a buscar información y comprendí que esta oportunidad iba a generar aprendizajes significativos y de ayuda a mi crecimiento personal, académico como profesional. Con la misión, aprendí amar aún más lo que hago y comprendí que la profesión de PHL te ayuda a llegar a más personas, que tanto nos necesitan para así lograr, desarrollar y fomentar una buena comunicación. La experiencia cultural adquirida fue indescriptible. Lograr interactuar con personas (niños y adultos) fuera de nuestra cultura nos hace crecer como seres humanos, entender la sociedad y aprender qué la manera de enseñar, trabajar e interactuar en otro país llega a hacer más amplio de lo que podemos imaginar.
Participar de la misión, me llenó de energía para desarrollarme aún más en lo que tanto anhelo. Llegar a Hogares de la Caridad me enseño que con poco se puede lograr y llegar a tantas personas. La motivación del grupo de voluntarias y la enseñanza de las profesoras, Dra. Alcaraz y Dra. Maldonado, me ayudaron grandemente a brindar lo mejor de mí. La experiencia la defino como “DAS”, en 3 palabras: Dinamismo, Amor y Sensibilidad. Para esto se requiere de dinamismo y motivación para llegar a más y más personas / pacientes, se necesita de amor y comprensión para desarrollar lo que desees con cariño, esmero y dedicación y sobretodo, se requiere de sensibilidad y empatía para trabajar con otros.
- Paola Giselle Santiago
Haber participado de la misión en Guadalajara, México junto a la organización Children of Mexico International, la Dra. Lizzette Alcaraz, la Dra. Maritza Maldonado, y varias compañeras de la universidad, fue una de las mejores experiencias de mi vida. No hay duda de que me encuentro estudiando para ser un profesional que puede cambiar la vida de las personas de distintas maneras. Dentro de esta misión, me topé y conocí a varias personas con distintas condiciones y limitaciones. Aprendí tanto de ellos, y pude poner en práctica muchas de las destrezas que me habían enseñado mis profesoras a lo largo de mis estudios, en los distintos cursos.
Pude ver, y/o poner en práctica alguna destreza de cada curso que he tomado dentro del programa de patología de habla y lenguaje. Apliqué destrezas para ayudar a desarrollar habla y lenguaje, destrezas para que lograran comunicarse, y destrezas para lograr una mejor alimentación. Los cursos que más recordé durante la misión, fueron el curso de disfagia, y el curso de comunicación aumentativa y alternativa. Cada día en el hogar, trabajamos con la alimentación de alguno de los chicos del mismo. Aplicamos destrezas desde el posicionamiento, hasta recomendar cucharas, vasos, y la consistencia de los alimentos. En mi caso, logré encontrar la manera de que uno de los chicos no mordiera la cuchara, y trabajé con una técnica para ayudar en el cierre labial. En cuanto al curso de comunicación aumentativa y alternativa, recordé lo importante de buscar el mejor punto para posicionarme y que este pudiera apreciar y trabajar con los estímulos presentados, recordé y practiqué lo importante de buscar cualquier gesto, o sonido que este pudiese utilizar para comunicarse, y trabajé con diferentes comunicadores.
Siempre he pensado que mi profesión es importante, pero ahora lo sé con certeza. En esta misión, pude observar de cerca, y comprender, lo que varias profesoras decían; de que esta profesión se trata de llevar a las personas a tener una mejor calidad de vida. Pude ver como se esforzaban para lograr cosas que para nosotros son pequeñas. El esfuerzo que ellos realizaban para comunicarse era increíble. Utilizaban su miraba, una sonrisa, movimientos con sus manos, dedos, algún sonido, o palabra. La labor que tenemos como Patólogos de Habla y Lenguaje es importante, debemos ayudar a que las personas puedan expresar sus deseos, necesidades, quejas, tristezas, y/o alegrías de la manera que les sea posible.
- Nina Marie Fortuño Colón