Join us in empowering children and families through impactful initiatives, education, and community support.
Children of Mexico International is committed to enhancing the lives of children and young adults by sharing evidence-based communication techniques, therapy materials and equipment, education and research to those with a need
Children of Mexico International currently serves children in an orphanage in Guadalajara, and at a central location in Sahuayo, Mexico. In Guadalajara, augmentative and alternative communication (AAC) techniques are emphasized and in Sahuayo, hippotherapy, the practice of using the therapeutic movement of the horse to strengthen core muscles and improve balance, is one of the strategies being used.
Haber participado de la misión en Guadalajara, México, junto a la organización Children of Mexico International, la Lizzette Alcaraz, la Dra. Maritza Maldonado, y varias compañeras de la universidad, fue una de las mejores experiencias de mi vida. No hay duda de que me encuentro estudiando para ser un profesional que puede cambiar la vida de las personas de distintas maneras. Dentro de esta misión, me topé y conocí a varias personas con distintas condiciones y limitaciones.
Aprendí tanto de ellos, y pude poner en práctica muchas de las destrezas que me habían enseñado mis profesoras a lo largo de mis estudios, en los distintos cursos. Pude ver y poner en práctica alguna destreza de cada curso que he tomado dentro del programa de patología de habla y lenguaje. Apliqué destrezas para ayudar a desarrollar habla y lenguaje, destrezas para que lograran comunicarse, y destrezas para lograr una mejor alimentación.
Los cursos que más recordé durante la misión fueron el curso de disfagia y el curso de comunicación aumentativa y alternativa. Cada día en el hogar, trabajamos con la alimentación de alguno de los chicos del mismo. Aplicamos destrezas desde el posicionamiento hasta recomendar cucharas, vasos, y la consistencia de los alimentos. En mi caso, logré encontrar la manera de que uno de los chicos no mordiera la cuchara, y trabajé con una técnica para ayudar en el cierre labial.
En cuanto al curso de comunicación aumentativa y alternativa, recordé lo importante de buscar el mejor punto para posicionarme y que este pudiera apreciar y trabajar con los estímulos presentados. Recordé y practiqué lo importante de buscar cualquier gesto o sonido que este pudiese utilizar para comunicarse, y trabajé con diferentes comunicadores.
Siempre he pensado que mi profesión es importante, pero ahora lo sé con certeza. En esta misión, pude observar de cerca y comprender lo que varias profesoras decían: que esta profesión se trata de llevar a las personas a tener una mejor calidad de vida.
Pude ver cómo se esforzaban para lograr cosas que para nosotros son pequeñas. El esfuerzo que ellos realizaban para comunicarse era increíble. Utilizaban su mirada, una sonrisa, movimientos con sus manos, dedos, algún sonido o palabra. La labor que tenemos como Patólogos de Habla y Lenguaje es importante: debemos ayudar a que las personas puedan expresar sus deseos, necesidades, quejas, tristezas, y/o alegrías de la manera que les sea posible.
La misión realizada en el Hogar de la Caridad en Guadalajara, Jalisco, junto con la organización Children of México International, fue una experiencia inolvidable y llena de mucha satisfacción al poder compartir con cada uno de estos seres especiales. De alguna forma u otra, esta experiencia cambia la vida de uno como ser humano y la perspectiva hacia nuestra profesión como futura Patóloga del Habla-Lenguaje (PHL). Además, durante esta experiencia se pueden relacionar algunos conceptos teóricos que han sido ofrecidos en los cursos del programa y ponerlos en práctica. Incluso, se pueden realizar ciertos cambios para los próximos años en la misión para que sea más efectiva y organizada.
Esta experiencia adquirida durante esta misión cambia la vida de cualquier ser humano, porque uno observa y se da cuenta de que nuestros problemas del diario vivir son bien pequeños comparados con lo que viven día a día estos seres especiales. Al compartir con los pacientes, uno se percata de lo felices que se ponen cuando los visita y comparte con ellos. No importa el más mínimo detalle; ellos sacan una sonrisa o derraman una lágrima de la emoción.
Esto demuestra que no tenemos que realizar cosas extraordinarias, ni dar regalos o donativos. El significado de compartir y dialogar vale más que cualquier otra cosa. Visitar el hogar y compartir con estos seres nos hace reflexionar que no necesitamos cosas materiales, ni regalos, ni donativos para ser felices. El compartir, dialogar y brindar amor es suficiente para alegrar y complementar la vida de un ser humano.
Sin embargo, vivimos en un mundo donde esos conceptos están escasos y se han olvidado esos detalles tan importantes de la vida. En otras palabras, esta experiencia cambia la perspectiva de uno sobre el mundo que nos rodea. El ser humano debe parar de quejarse y lamentarse por la vida que tiene y debería comenzar a dar gracias por todo lo que posee en esta vida, en especial la salud.
Siempre he pensado que viajar es vivir, es adquirir experiencias de vida que enriquecerán nuestro intelecto y nuestra forma de pensar y ver el mundo. Y es que realmente, como alguna vez dijo San Agustín de Hipona, “la vida es un libro y quienes no viajan leen solo una página”. Es por esto que desde que me enteré de la misión de Children of México, sentí mucho interés por ser parte de ella.
Mientras uno estudia patología del habla y lenguaje, aunque sabe que en algún momento puede llegar a recibir pacientes con parálisis cerebral y otras condiciones tan física y cognitivamente comprometedoras, realmente no es la norma del día. Es decir, recibimos entrenamiento básico teórico, pero una cosa es imaginarse cómo sería trabajar con esta población y otra cosa es realmente llegar a trabajar con ella. Conocer y leer sobre este tipo de pacientes no es lo mismo que tener la experiencia directa.
Es por esto que ser partícipe de la misión realmente cambió mucho mi perspectiva de PHL; mi visión se abrió, el panorama creció. Es tanta la ayuda que, como patólogos del habla y lenguaje, podemos brindar, que realmente no tan solo le da más valor a la profesión, sino que además nos llena de propósito como individuos responsables e interesados por servir y ayudar a los demás.
En mis primeros días de vida sufrí un paro respiratorio que estuvo muy cerca de causarme serios problemas físicos. Gracias a Dios la historia fue otra y crecí como una niña normal y sana. Pero el hecho de saber por lo que pude haber pasado me hace interesarme mucho por ayudar al tipo de población que habita en Hogares de la Caridad, donde se llevó a cabo la misión. Trabajar con estos niños y con sus cuidadores fue una experiencia realmente enriquecedora y llena de sentimientos para mí.
Luego de la misión, no tan solo mi perspectiva de PHL se ensanchó, sino que mi perspectiva de México también cambió. Desde que decidí ser parte de la misión, aunque mi familia inmediata fue mi mayor apoyo, hubo muchos otros conocidos que elevaron sus cejas al enterarse de que iría a México con un grupo de “solo chicas”. No es un misterio que la perspectiva de muchas personas hacia México está llena de temor, miedo a la criminalidad y a la falta de seguridad.
Tantos fueron los comentarios que recibí que ya realmente iba prejuiciada para el viaje. Sin embargo, la historia fue otra. No sé si era por el área en la cual estábamos o el gran sentido de protección que la Dra. Alcaraz impartía, pero realmente me sentí muy segura durante todo el viaje.
Llegué a Puerto Rico sin poder parar de hablar sobre las maravillas y la hermosura de México, pero sobre todo, sin poder parar de hablar sobre el amor, el calor humano y la maravillosa experiencia clínica y personal vivida en Hogares de la Caridad.